La piroplasmosis equina (Equine piroplasmosis, EP) es una enfermedad transmitida por garrapatas que afecta a caballos, asnos, mulas y cebras. La enfermedad se transmite por mordidas de garrapatas o mecánicamente, a causa de la desinfección inadecuada de agujas u otros instrumentos quirúrgicos. La EP no es una enfermedad endémica de los Estados Unidos, ya que, en la actualidad, las especies de garrapatas locales no portan los parásitos que la causan. Del mismo modo, la EP no es endémica de Australia, Canadá, Inglaterra, Islandia, Irlanda y Japón. Sin embargo, se han descubierto casos de esta enfermedad en África, el Caribe (incluso en Puerto Rico) América Central y del Sur, Medio Oriente y Europa Oriental y del Sur. La naturaleza cada vez más internacional de la industria equina presenta el riesgo potencial del ingreso al país de la EP desde el extranjero. Numerosas áreas de los Estados Unidos tienen climas convenientes para los vectores de garrapatas de origen extranjero u otras garrapatas que podrían actuar como vectores. Además, debido a que la EP no es endémica, los caballos de los Estados Unidos son muy propensos a manifestaciones graves de la enfermedad.
Transmisión
La EP es una enfermedad transmitida por garrapatas, causada por los parásitos Babesia caballi y Babesia equi. Las garrapatas ingieren sangre de equinos infectados y luego, al morder a caballos sanos, propagan la enfermedad a través del contacto con la sangre. Las garrapatas que portan los parásitos se trasladan por el heno, los lechos, los alimentos y la vegetación. El único vector natural de la EP en los Estados Unidos es la garrapata tropical del caballo, Dermacentor nitens, que se descubrió al sur de los Estados Unidos. Los parásitos B. caballi y B. equi se han transmitido de manera experimental a través de tres especies diferentes de garrapatas de los Estados Unidos: D. albipictus, garrapata de invierno; D. variabilis, garrapata del perro americano y Boophilus microplus, garrapata tropical o del sur del ganado vacuno común. Debido a que la enfermedad se contagia a través del contacto con la sangre, la EP también puede transmitirse a través de agujas contaminadas y otros instrumentos que penetran la piel. También es común la infección intrauterina que transmite la madre al potro.
Signos
En un caballo infectado con EP, los signos de la enfermedad se manifiestan entre los 7 y 22 días. Los casos de EP pueden ser leves o agudos. Las formas leves de la enfermedad provocan que los equinos estén débiles e inapetentes. Los casos más agudos pueden ocurrir en los lugares donde la EP no es común y los caballos no han desarrollado una resistencia a la enfermedad. Los signos de la fase aguda incluyen fiebre, anemia, membranas mucosas ictéricas, abdomen inflamado y respiración dificultosa. Otros signos de EP incluyen alteraciones del sistema nervioso central, pelaje áspero, estreñimiento, cólicos y hemoglobinuria, una afección que produce que la orina sea roja. En algunos casos, el equino puede morir. Sin embargo, es posible que algunos caballos infectados manifiesten pocos síntomas o ninguno en la fase aguda y que no experimenten ningún deterioro en el rendimiento. Los caballos que sobreviven a la fase aguda de la enfermedad podrían continuar siendo portadores de los parásitos por mucho tiempo. Estos caballos son fuentes potenciales de infección para otros caballos, a través de la transmisión de la enfermedad causada por garrapatas o transmisión mecánica, a través de mordidas de garrapatas, agujas o instrumentos quirúrgicos.
Tratamiento
En la actualidad, no existe una vacuna contra la EP. En las regiones endémicas, los síntomas se tratan con fármacos. A pesar de que los desinfectantes y la higienización adecuada son, con frecuencia, de gran importancia para prevenir la propagación de enfermedades en los animales, estas prácticas no son necesariamente efectivas contra la propagación de la EP y otras enfermedades transmitidas por las garrapatas. Es de gran importancia prevenir la transferencia de sangre entre animales a través de mordidas de garrapatas o instrumentos quirúrgicos a fin de evitar la transmisión de la EP.